viernes, 3 de septiembre de 2010

Otoño de 1989 " Un par de recién llegados......"

Creo que el origen de que yo empezara a dibujar se lo debo a mi hermano Oscar, él solía
hacerlo desde que tengo uso de razón.

Seria por el año de 1974 cuando me sentaba a su lado para contemplar como trazaba con
un lápiz las historias de los libros que yo aun no podía leer con fluidez.
Como si fuera una historieta, el me narraba batallas históricas de los libros y las ilustraba,
esa cantidad de dibujos que finalmente terminarían en el cesto de la basura,
en su momento yo las coleccionaba, dibujo que hacía, dibujo que le pedía me regalara,
en una ocasión sencillamente dejo de dármelos me dijo; si quieres mas dibujos hazlos tú,
seguramente yo insistí pero el cumplió su afirmación así que no tuve otro remedio que
empezar a borronear papeles.
Empezar un dibujo por primera vez en tu vida o darle sentido a los borrones es una
tarea delicada y depende en gran parte de tu paciencia y empeño, si logras pasar la
primera etapa y no te desesperas, tus sentidos al principio torpes, empiezan a ejecutar
conforme avanzas mejores dibujos según sea el estilo que tu naturaleza te dicte.
En mi vida nunca había coincidido con un hermano en un salón de clases, Oscar es siete
años mayor que yo y aunque siempre fue de alguna manera mi hermano preferido por
nuestras afinidades naturales, su formación y sus gustos eran diferentes.
Esa deuda que tenía con mi hermano de que me iniciara en el dibujo, creo que se la pague
cuando yo le insistía meses atrás de que nos inscribiéramos en la escuela de pintura y el
acepto la invitación.  Desde el primer momento me sorprendió la fluidez que tenia para
dibujar pintar y modelar con barro, además de su muy particular visión de las formas y
su incansable disciplina, era un gran apoyo y ejemplo.
El grupo que ingresamos en el otoño de 1989 era abundante, había gente de diversas
edades y diversos oficios.
La escuela se encontraba en un periodo crítico por que su patriarca el gran artista
Francisco Montoya de la Cruz (1907-1994) se había retirado por problemas propios
de la edad, él fue el fundador de la escuela y su cabeza durante décadas, como mínimo
algún museo debería llevar su nombre y no hace falta haber convivido con él para no
admirar al personaje en muchas de sus facetas.
En el tiempo que pase por la escuela de pintura constantemente se platicaban historias
que hacían de Montoya un mito y una leyenda impregnada en sus paredes, anégdotas
formidables y alguna que otra crítica mala, pero de todos esos comentarios que hacían
los maestros, trabajadores y alumnos que lo conocieron, lamentablemente nunca
presencie de 1989 a 1994 que su gente le hiciera un merecido homenaje en su escuela
y si lo hicieron lo desconozco.  Pero a un personaje de esta talla    ¿cual es el
reconocimiento que se le debe seguir dando además de los que ya le otorgaron en
tiempos pasados?  como se le agradece haber fundado una escuela y habernos dado
un espacio en el que se siguen formando generaciones de artistas,  creo que para
empezar las gracias hay que seguir dándolas cuando el artista aun está vivo para que se
sienta una persona sumamente necesaria en esta sociedad.
Cuando la escuela de pintura Escultura y Artesanías me recibió por vez primera, me fue
mostrando su conjunto de salones y talleres rodeados de huizaches y eucaliptos en un
área considerable, conforme me iba familiarizando con su historia e instalaciones la
comparación con un yacimiento arqueológico me parecía similar y me daba cuenta de
que la escuela no se encontraba ya ni siquiera en un periodo Posclásico de su desarrollo.
El periodo Clásico de este centro ceremonial se había extinguido y ese año en el que
ingresamos mi hermano y yo con excepción  de algunos maestros, ya tan solo mostraba
a una institución ocupada por personas que solo vivían de las glorias del pasado pero
que no les importaba generar con energía nuevas conquistas.
Pues bien la época de oro había terminado y solo tres profesores a mi juicio, mantenían
con un andamiaje imaginario aquellas ruinas.
El maestro Donato Martínez que fue miembro del partido comunista Mexicano en un
tiempo y un veterano que sin duda conocía bastante los pormenores técnicos e históricos
sobre la escuela quizás desde sus inicios, a partir de 1988 se encargo de la dirección.
Como artista participo en la elaboración de varios monumentos que existen en la ciudad
de Durango.  Personalmente era un hombre muy accesible y lleno de anécdotas, el me
encargo la realización de un busto del general Guadalupe Victoria que se vació en bronce
y que actualmente se encuentra en el jardín central de la Univercidad de Durango, pero
esa sencillez que le caracterizaba creo que también le convertía en una presa fácil para la
desorganización y apatía propia del personal de la escuela.
No se exactamente en que momento los trabajadores de los talleres artesanales se
convirtieron en una pasadilla para todo aquel que pretendiera manejarlos, creo que les
sentó fatal desde el punto de vista laboral haberse sindicalizado, por que aunque estas
organizaciones han dado un grandísimo salto en los derechos en ciertos casos las
obligaciones se han corrompido.
La escuela contaba con varios talleres artesanales muy bien equipados para su
desarrollo; vidrio soplado, cerámica, textiles etc., y un taller de fundición artística.
La gran producción que se genero en ellos en alguna época dio origen a una artesanía
propio de Durango, como el vidrio rojo con su formula a base de oro y que era secreto
de Jalisco, y la particular decoración de piezas en general.    En los talleres había
maquinaria olvidada y echada a perder como las textileras que trajeron de la Constancia.



















Uno de los mayores logros de modelado y fundición de la escuela es sin duda la escultura
ecuestre de Francisco Villa, un verdadero trabajo de equipo asesorado por Montoya que
dio como resultado una figura heroica y nada rígida del personaje, su expresividad es la
necesaria y su postura le hace de alguna manera diferente de otras esculturas ecuestres
que he visto,  sin embargo a mi juicio y aunque su ubicación este en lo alto tiene
problemas de proporción con respecto al caballo y alguna que otra deformidad dentro
de su estilo, aun así el resultado es sumamente emotivo para el espectador y estos
detalles críticos pasan desapercibidos.














"Monumento a Francisco Villa" bronce 1973 (5.50x5.50mts.aprox.) pesa 6 toneladas. Durango Dgo. 

El sistema educativo de la escuela ofrecía una carrera de técnico en pintura escultura y
grabado tambien se podían realizar cursos en los diferentes talleres artesanales.  Yo
pretendí hacer la carrera completa pero en el camino y practicamente desde el principio
me obsesione solo con la practica de la pintura, el dibujo y el modelado dejando olvidadas
las clases teóricas.  El resultado fue que en mi expediente escolar no se anotaron estas
materias y me convertí en un alumno irregular oficialmente. Entre los factores que
provocaron mi desorganización además de los personales, también se sumaban la falta de
profesores teóricos y la ausencia de un plan de estudios bien estructurado, a mi juicio solo
Guillermo Bravo Moran quien se hacia cargo de los semestres superiores y Marcos Martinez
Velarde con quien convivi todo el primer año, eran quienes mantenian la atencion de su
alumnos.   Marcos era quizas el maestro mas efectivo, puntual y dedicado transmitia una
diciplina de trabajo muy necesaria en este oficio, el no habia tenido grandes experiencias
como las que tubo Bravo al lado de Siqueiros y otros consagrados, pero era un artista que
conectaba con los alumnos de nuevo ingreso en su labor educativa, impartía las clases de
dibujo y modelado, en 1990 nos invito a exponer a los hermanos Mendoza en el ITD y poco
tiempo después me consiguió el encargo de realizar un desnudo femenino de tamaño
natural vaciado en yeso.

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