miércoles, 8 de septiembre de 2010

" Francisco montoya en el Gobierno..."

En 1950 Montoya a la edad de 43 años pinta los murales del Palacio de Gobierno de
Durango, según mi criterio, se percibe a un Montoya mas maduro con respecto a los 
murales que ejecutó diez años atrás en la antigua Escuela Normal.
Me atrevería a decir que el diseño en general es mas moderno, simplificado y espacial,
además explota con mayor libertad la arquitectura del lugar, considero que el maestro
ya esta plasmando un estilo con características diferentes en el que su identidad personal
se refleja con mayor claridad.
Los temas tratados son: la minería, la agricultura, la educación y el desarrollo económico.
Colaboraron como ayudantes; Felipe H. Santoyo, Salvador Hernandez y el albañil
Manuel Sanchez R.

















" Francisco Montoya de la Cruz..."

Hace un par de días acompañe a Pilar al cementerio del pueblo donde vivimos en España, “La Marina“. El recinto es muy modesto pero esta bastante bien cuidado, cuando lo estábamos recorriendo a Pilar le gusto mucho una frase que estaba escrita en un muro:









Desde luego contiene sabiduría, pero yo me permitiría fabricarle una frase hermana:











En los tiempos que corren resulta triste que busques información en internet sobre Montoya de la Cruz y no encuentres prácticamente nada, los pocos datos que existen en ningún caso están publicados por las instituciones culturales o gubernamentales de Durango.
Esta modesta publicación y los comentarios personales que hago del maestro en mi blog se han apoyado en:
*”Muralistas del centro histórico” del historiador Javier Guerrero Romero
* Fotografías de murales, de la doctora Cristina Devereaux Ramirez
*”Montoya de la Cruz” (blog)

Espero que las autoridades de Durango se concienticen de esta ausencia de información de nuestros artistas algún día.
Estos murales fueron pintados por Francisco Montoya de la Cruz en 1938 en la casa
Ramírez,  fue también la antigua  Escuela Normal y sus temas son : la emancipación de
la mujer, el sistema feudal y el imperialismo.















lunes, 6 de septiembre de 2010

Primavera de 1990 " Los entrometidos......"

oscar y yo nos fuimos involucrando poco a poco en la vida de la escuela, conociendo todos sus rincones y también a todas las personas que circulaban en ella, creo que nos empezábamos a ganar la confianza y simpatía de la gente. Cuando ya estábamos inscritos en el primer año, Bravo nos abandono en la clase de pintura y nos dejo como suplente a uno de sus alumnos de semestres superiores, Juan Rodriguez. La clase práctica con Juan resulto un verdadero desastre y Oscar y yo decidimos sacar los caballetes fuera del salón y ponernos a pintar al aire libre por nuestra cuenta, esta actitud influyo en algunos compañeros y empezó a generarse una opinión crítica acerca de la organización de la escuela, creo que a partir de ese momento y sin darnos cuenta iniciamos un movimiento político estudiantil que años después se transformaría en la primera sociedad de alumnos avalada por la FEUD. Lo cierto es que la política nunca me ha interesado y no soy político, los lideres y los políticos nacen y se van haciendo con la experiencia, y yo aunque empezaba a preocuparme por los problemas de esta escuela, como alumno de primer año no tenia la mas mínima posibilidad ni idea de como intervenir.
La problemática de la escuela de pintura era un conjunto de vicios y apatías muy arraigadas, hacía falta una autoridad fuerte, inteligente y valiente que pusiera orden de una forma practica y efectiva, pero creo que inclusive aún hoy en día los alumnos con conciencia siguen esperado a ese Mesías.
En aquellos años en los que nosotros éramos los alumnos, solo nos quedaba tomar nuestro oficio muy en serio y jugar un juego en el que como no existían autoridades definidas teníamos que inventar las reglas, por esa razón pretendimos ser líderes sin serlo para ayudar a que se resolvieran los problemas utilizando las pocas herramientas que teníamos, pero finalmente no lo conseguimos.
En la primavera 1990 el senador Maximiliano Silerio futuro gobernador de Durango (1992-1998) y la UJED pagaron todos los gastos de un viaje a la ciudad de México D.F. que el maestro Bravo había organizado. pero sus invitados solo eran sus alumnos de semestres superiores quedando excluidos los del primer año. Oscar y yo organizamos una protesta que seguramente no le pareció nada bien a Bravo pero finalmente cedió y también nos incluyeron.
El viaje estaba muy bien organizado y fue la primera vez que viaje a la capital con el solo interés de la cultura. El itinerario ademas incluía un recorrido por Guanajuato y Zacatecas , se hizo todo un recorrido por museos e instituciones donde se encontraban murales principalmente de Siquieiros, ademas visitamos a varios pintores famosos que habían sido compañeros o amigos de Bravo.
En todas partes nos recibieron con los brazos abiertos y empece a comprobar la trayectoria que tenia nuestro maestro resultado de sus andanzas y de haber formado parte del taller Siqueiros.
Desde luego es totalmente cierto que los viajes ilustran además observar las grandes obras maestras en vivo resulta una formidable cátedra difícil de superar, de regreso a Durango nos estaban esperando los caballetes y un par de meses después ingresaríamos en el taller de Gullermo Bravo.
Uno de mis sitios preferidos en la escuela era la biblioteca, en 1989 estaba ubicada en el área de los talleres artesanales, contaba con una buena colección de libros sobre arte que posiblemente no tuviera ningún centro cultural de Durango, Oscar que es muy asiduo a la lectura también me inicio en este lugar. Empezamos a desempolvar libros que seguramente no se habían leído durante años, muchos de ellos estaban humedecidos y echados a perder por que esa zona se inundaba frecuentemente con las torrenciales lluvias, de echo las vitrinas de madera que contenían los libros estaban tan hinchadas que no era fácil su apertura. Algunos compañeros también empezaron a ir a la biblioteca y esta empezó nuevamente a cumplir su propósito, tengo la impresión de que esta situación empezó a poner paranoicos a los encargados por que como se estaban empezando a usar nuevamente los libros, se creo una desconfianza típica del que tiene un tesoro abandonado y no se da cuenta que lo tiene hasta que algún inoportuno se lo hace ver.
Llego un momento en que Oscar y yo siempre estábamos en la biblioteca, inclusive nos dimos a la tarea de limpiar e inventariar los libros desinteresadamente y absorber todo el conocimiento que podíamos.
Conforme me iba enterando de las épocas y movimientos artísticos mi criterio iba seleccionando las influencias que necesitaba para mi trabajo y aunque mis recursos y herramientas no eran suficientes intentaba copiar a los grandes de la mejor manera posible.
Las generaciones de alumnos que se habían formado en la escuela desde sus inicios tuvieron una academia impartida por Montoya basada en los principios de un nacionalismo Mexicano, este estilo muy evidente de cánones, muestra por ejemplo a las figuras pintadas de una manera aparentemente sencilla pero su estilización en los mejores ejemplos ha pasado por un fuerte análisis compositivo del artista. Al espectador se le tiene que mostrar un resultado sencillo y armonioso, en resumen la academia de Montoya enseñaba una serie de estereotipos Mexicanos de aquella época, no olvidemos que el maestro fue un estupendo muralista y que formo parte de este movimiento nacional que pretendía entre otras cosas informar al pueblo de sus derechos, de sus valores y de su historia, el mismo Diego Rivera acompañado de Frida Kahlo llego a comentar en 1943 en una entrevista “Solo hay dos muralistas en México, Diego Rivera y Montoya”.
Cuentan los que conocieron a Montoya que en sus clases era muy estricto con su enseñanza y no permitía fácilmente que sus alumnos improvisaran hacia otros estilos, pero si esto es verdad entonces surge la incógnita de por que razón en Durango no hay herederos capacitados por ejemplo para pintar al fresco, tampoco existen demasiados fundidores artísticos o artesanos del vidrio que sigan experimentando con nuevas formulas a partir del legado que dejo su maestro. Es verdad que no es fácil encontrar buenos artistas y me refiero tanto a los plásticos como a los artesanos, pero con la escuela que dejo preparada este señor de las artes sin duda es raro que no exista un mayor numero de técnicos en estas áreas, las razones del por que habría que investigarlas.
Los alumnos que ingresamos a partir de 1989 no conocimos la academia anterior y tampoco nos proporcionaron una nueva, la escuela se quedo desestructurada y sus habitantes quedaron huérfanos, imagino que todos trataron de hacerlo lo mejor posible pero su naturaleza y la poca o mucha capacitación que habían adquirido los llevo por diversos caminos provocando una desintegración, además en el ambiente se empezaban a respirar aires de codicia por el trono que había dejado Montoya.
Mientras que por un lado Donato Martinez intentaba controlar la situación, los trabajadores de los talleres disminuían la producción y se dedicaban a protestar, por el otro lado los maestros como Marcos Martínez que intentaba seguir con la disciplina de antaño o Guillermo Bravo con su propósito de crear un renacimiento con una nueva academia, ambos grupos incluidos otros maestros con los que no conviví demasiado fueron sangrando inconscientemente a la institución.
Cuando me empece a dar cuenta de que algo sucedía a mi alrededor, me convertí en demandante por que tenia carencias y muy crítico como si lo mereciera todo, en ocasiones los alumnos somos algo tontos pero para darte cuenta y ser autocrítico solo tienes que dejar pasar el tiempo y madurar.
En aquellos años los alumnos también contribuimos al deterioro de la escuela, el alumnado como norma debe recibir una educación lo mas completa posible y todos los objetivos de la institución deben ir enfocados a ello, pero como nos encontrábamos en una crisis y no sabíamos que hacer exactamente, intentamos crear nuestras propias alternativas de desarrollo y si logramos algunas cosas pero al final nosotros también terminamos divididos. Llegamos a participar aveces de una manera ingenua e ignorante en política, además no supimos explotar adecuadamente nuestro recurso de convocatoria ante las autoridades y el pueblo en general de Durango.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Otoño de 1989 " Un par de recién llegados......"

Creo que el origen de que yo empezara a dibujar se lo debo a mi hermano Oscar, él solía
hacerlo desde que tengo uso de razón.

Seria por el año de 1974 cuando me sentaba a su lado para contemplar como trazaba con
un lápiz las historias de los libros que yo aun no podía leer con fluidez.
Como si fuera una historieta, el me narraba batallas históricas de los libros y las ilustraba,
esa cantidad de dibujos que finalmente terminarían en el cesto de la basura,
en su momento yo las coleccionaba, dibujo que hacía, dibujo que le pedía me regalara,
en una ocasión sencillamente dejo de dármelos me dijo; si quieres mas dibujos hazlos tú,
seguramente yo insistí pero el cumplió su afirmación así que no tuve otro remedio que
empezar a borronear papeles.
Empezar un dibujo por primera vez en tu vida o darle sentido a los borrones es una
tarea delicada y depende en gran parte de tu paciencia y empeño, si logras pasar la
primera etapa y no te desesperas, tus sentidos al principio torpes, empiezan a ejecutar
conforme avanzas mejores dibujos según sea el estilo que tu naturaleza te dicte.
En mi vida nunca había coincidido con un hermano en un salón de clases, Oscar es siete
años mayor que yo y aunque siempre fue de alguna manera mi hermano preferido por
nuestras afinidades naturales, su formación y sus gustos eran diferentes.
Esa deuda que tenía con mi hermano de que me iniciara en el dibujo, creo que se la pague
cuando yo le insistía meses atrás de que nos inscribiéramos en la escuela de pintura y el
acepto la invitación.  Desde el primer momento me sorprendió la fluidez que tenia para
dibujar pintar y modelar con barro, además de su muy particular visión de las formas y
su incansable disciplina, era un gran apoyo y ejemplo.
El grupo que ingresamos en el otoño de 1989 era abundante, había gente de diversas
edades y diversos oficios.
La escuela se encontraba en un periodo crítico por que su patriarca el gran artista
Francisco Montoya de la Cruz (1907-1994) se había retirado por problemas propios
de la edad, él fue el fundador de la escuela y su cabeza durante décadas, como mínimo
algún museo debería llevar su nombre y no hace falta haber convivido con él para no
admirar al personaje en muchas de sus facetas.
En el tiempo que pase por la escuela de pintura constantemente se platicaban historias
que hacían de Montoya un mito y una leyenda impregnada en sus paredes, anégdotas
formidables y alguna que otra crítica mala, pero de todos esos comentarios que hacían
los maestros, trabajadores y alumnos que lo conocieron, lamentablemente nunca
presencie de 1989 a 1994 que su gente le hiciera un merecido homenaje en su escuela
y si lo hicieron lo desconozco.  Pero a un personaje de esta talla    ¿cual es el
reconocimiento que se le debe seguir dando además de los que ya le otorgaron en
tiempos pasados?  como se le agradece haber fundado una escuela y habernos dado
un espacio en el que se siguen formando generaciones de artistas,  creo que para
empezar las gracias hay que seguir dándolas cuando el artista aun está vivo para que se
sienta una persona sumamente necesaria en esta sociedad.
Cuando la escuela de pintura Escultura y Artesanías me recibió por vez primera, me fue
mostrando su conjunto de salones y talleres rodeados de huizaches y eucaliptos en un
área considerable, conforme me iba familiarizando con su historia e instalaciones la
comparación con un yacimiento arqueológico me parecía similar y me daba cuenta de
que la escuela no se encontraba ya ni siquiera en un periodo Posclásico de su desarrollo.
El periodo Clásico de este centro ceremonial se había extinguido y ese año en el que
ingresamos mi hermano y yo con excepción  de algunos maestros, ya tan solo mostraba
a una institución ocupada por personas que solo vivían de las glorias del pasado pero
que no les importaba generar con energía nuevas conquistas.
Pues bien la época de oro había terminado y solo tres profesores a mi juicio, mantenían
con un andamiaje imaginario aquellas ruinas.
El maestro Donato Martínez que fue miembro del partido comunista Mexicano en un
tiempo y un veterano que sin duda conocía bastante los pormenores técnicos e históricos
sobre la escuela quizás desde sus inicios, a partir de 1988 se encargo de la dirección.
Como artista participo en la elaboración de varios monumentos que existen en la ciudad
de Durango.  Personalmente era un hombre muy accesible y lleno de anécdotas, el me
encargo la realización de un busto del general Guadalupe Victoria que se vació en bronce
y que actualmente se encuentra en el jardín central de la Univercidad de Durango, pero
esa sencillez que le caracterizaba creo que también le convertía en una presa fácil para la
desorganización y apatía propia del personal de la escuela.
No se exactamente en que momento los trabajadores de los talleres artesanales se
convirtieron en una pasadilla para todo aquel que pretendiera manejarlos, creo que les
sentó fatal desde el punto de vista laboral haberse sindicalizado, por que aunque estas
organizaciones han dado un grandísimo salto en los derechos en ciertos casos las
obligaciones se han corrompido.
La escuela contaba con varios talleres artesanales muy bien equipados para su
desarrollo; vidrio soplado, cerámica, textiles etc., y un taller de fundición artística.
La gran producción que se genero en ellos en alguna época dio origen a una artesanía
propio de Durango, como el vidrio rojo con su formula a base de oro y que era secreto
de Jalisco, y la particular decoración de piezas en general.    En los talleres había
maquinaria olvidada y echada a perder como las textileras que trajeron de la Constancia.



















Uno de los mayores logros de modelado y fundición de la escuela es sin duda la escultura
ecuestre de Francisco Villa, un verdadero trabajo de equipo asesorado por Montoya que
dio como resultado una figura heroica y nada rígida del personaje, su expresividad es la
necesaria y su postura le hace de alguna manera diferente de otras esculturas ecuestres
que he visto,  sin embargo a mi juicio y aunque su ubicación este en lo alto tiene
problemas de proporción con respecto al caballo y alguna que otra deformidad dentro
de su estilo, aun así el resultado es sumamente emotivo para el espectador y estos
detalles críticos pasan desapercibidos.














"Monumento a Francisco Villa" bronce 1973 (5.50x5.50mts.aprox.) pesa 6 toneladas. Durango Dgo. 

El sistema educativo de la escuela ofrecía una carrera de técnico en pintura escultura y
grabado tambien se podían realizar cursos en los diferentes talleres artesanales.  Yo
pretendí hacer la carrera completa pero en el camino y practicamente desde el principio
me obsesione solo con la practica de la pintura, el dibujo y el modelado dejando olvidadas
las clases teóricas.  El resultado fue que en mi expediente escolar no se anotaron estas
materias y me convertí en un alumno irregular oficialmente. Entre los factores que
provocaron mi desorganización además de los personales, también se sumaban la falta de
profesores teóricos y la ausencia de un plan de estudios bien estructurado, a mi juicio solo
Guillermo Bravo Moran quien se hacia cargo de los semestres superiores y Marcos Martinez
Velarde con quien convivi todo el primer año, eran quienes mantenian la atencion de su
alumnos.   Marcos era quizas el maestro mas efectivo, puntual y dedicado transmitia una
diciplina de trabajo muy necesaria en este oficio, el no habia tenido grandes experiencias
como las que tubo Bravo al lado de Siqueiros y otros consagrados, pero era un artista que
conectaba con los alumnos de nuevo ingreso en su labor educativa, impartía las clases de
dibujo y modelado, en 1990 nos invito a exponer a los hermanos Mendoza en el ITD y poco
tiempo después me consiguió el encargo de realizar un desnudo femenino de tamaño
natural vaciado en yeso.