sábado, 14 de agosto de 2010

Primavera de 1989 "Nunca pense ser pintor...fue La casualidad "

Hace 21 años pinte mi primer cuadro,  en 1989 yo tenia 22 años y estaba en una de
esas crisis existenciales en las que sueles cuestionarte el rumbo de tu vida.


"Estudio con fantasma 1989
óleo/tabla,  primer cuadro"
















Después de haber trabajado como Rotulista,  oficio  que aprendí con el maestro
Antonio Chávez, y con su hijo Jorge Antonio Chávez Vela, "el Tony" también colega pintor
y actualmente mi compadre pues le bauticé a un hijo....La vida me había puesto en la
disyuntiva de escoger entre seguir pintando letras en las paredes, acción,  que me hubiera
llevado seguramente a realizar graffitis, ó  dedicarme a la música,  sueño recurrente en el que me veía tocando el piano rodeado de una orquesta sinfónica....  La escuela de música me cerró sus puertas o mejor dicho las inscripciones pues no llegue a tiempo,  y del tema de los rotulos,,,francamente ya no cubría otras necesidades interiores.
Imagino que en aquel momento mi estado de animo apesadumbrado reflejaba a un joven
desorientado que aunque deseaba comerse el mundo, su formación carente y desorgani-
zada hacia de el un ser frustrado.


"Mi hermano Óscar y yo en el
parque Guadiana, Durango 2009" 

















Una mañana de primavera de 1989 me refugie en el parque Guadiana,  sus visitantes
son gente fiel pero también son gente que parece que nunca has visto,  personas que
constantemente se renuevan, pero si tu memoria los registra, esas personas si que exis-
ten todos los días.
Al parque Guadiana se va muchas veces a ser invisible pues a pesar de estar rodeado
de no sé quien,  las normas de convivencia de este lugar te otorgan el pasar desaper-
cibido,  nadie se quiere meter con el de al lado, excepto los mirones.
Esa mañana me encontré con un anuncio de color fosforescente pegado a un árbol,
"La Escuela de Pintura Escultura y Artesanías de la UJED" me invitaba a formar parte
de sus filas,  no lo dude,   inmediatamente me dirigí a pedir informes.... La primera per-
sona con la que hable fue el maestro Guillermo Bravo Morán,   en ese momento des-
conocía la importancia de aquel veterano,   después de presentarme y explicarle mi interés
en ingresar,  me respondió que las inscripciones estaban también cerradas,  creo que en
ese momento agache la cabeza y retrocedí,  pero al sentirme en el matadero  tube un
impulso de sobrevivencia y volví a insistir,  pacientemente espere a que terminara la clase.

 Ese día me había levantado con el el pie derecho, Guillermo Bravo ante la insistencia me
admitió como oyente,   ¡¡ entonces empecé a pintar !!

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